El
tallo del ajo es un brote tierno que crece, solo durante 10 días en la primavera, desde el centro de la planta y se le extrae para que la cabeza del ajo pueda
engordar. Es macizo, verde, largo como un fideo y tiene un sabor muy especial,
no demasiado picante y no repite después de comerlo como suele suceder con los
dientes de ajo crudos. Los tallos de ajo no son los clásicos ajetes tiernos, son
el tallo verde de la planta de ajo. Se le quita para que el bulbo se desarrolle
más.
Fragmento
sacado de la página web “La gastronomía de José Soler”
INGREDIENTES:
- Tallos de ajo
- 4 huevos
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta molida
- Sal
ELABORACIÓN:
Cortamos los tallos por
el nudo. La parte utilizable la partimos en pedazos de 1 centímetro
aproximadamente.
Ponemos una olla con
abundante agua y sal. Añadimos los tallos y dejamos cocer a fuego medio durante
10 minutos. Escurrimos y reservamos.
En un plato hondo
batimos los huevos; añadimos sal y un
poco de pimienta. Añadimos los tallos cocidos y mezclamos.
Ponemos una sartén al
fuego con una cucharada de aceite. Cuando el aceite esté caliente añadimos la
mezcla de huevos y tallos. Dejamos hacer hasta que veamos que el huevo ha
cuajado. Damos la vuelta a la tortilla y dejamos hacer por el otro lado hasta
que veamos que también ha cuajado.
Cuando es temporada, aquí en Granada se ponen a la venta en
puestos callejeros junto con habas tiernas, cebolletas, alcachofas… durante
prácticamente todo el mes de abril, compramos varios manojos de tallos de ajo,
los cortamos en trocitos y los congelamos. Así podemos consumirlos todo el año.
Nosotros cocemos los pedazos de tallo de ajo para que queden
blanditos. Al que guste que queden más al dente que le dé menos tiempo de
cocción.
La cantidad de tallos de ajo será la
cada uno crea conveniente.
Hemos acompañado la tortilla con
tomate aliñado con una vinagreta de: acetite, vinagre, sal y orégano.
También se puede acompañar con una
mayonesa ligera.