INGREDIENTES:
- 1 litro de leche
- 90 gramos de mantequilla
- 90 gramos de harina
- Pimienta negra molida
- Nuez moscada (opcional)
- Sal
ELABORACIÓN:
Ponemos a fuego medio una cazuela a la que añadimos la mantequilla.
Cuando la mantequilla haya derretido agregamos la harina, removemos y
dejamos cocinar unos segundos para que la harina pierda el sabor a crudo.
Incorporamos un chorro de leche y batimos bien, con una cuchara de madera
o unas varillas, hasta que la leche sea absorbida totalmente.
Ponemos otro poco de leche y hacemos la misma operación.
Seguimos así hasta que veamos que la bechamel empieza a tomar cuerpo,
momento en el que añadimos toda la leche restante.
Removemos bien y ponemos a punto de sal; añadimos un poco de pimienta y
nuez moscada.
Dejamos cocinar, en nuestro caso, 6 minutos y apartamos.
Como es evidente, dependiendo de la
cantidad de salsa que queramos hacer, disminuiremos o aumentaremos,
proporcionalmente, las cantidades de leche, mantequilla y harina.
El tiempo de cocción de la bechamel (para
que nos quede más o menos espesa) irá en función del uso que vayamos a darle.
A esta salsa se la puede enriquecer
añadiéndole yema de huevo, queso rallado…
La nuez moscada es opcional y en caso
de añadirla, la mejor opción es rallar la nuez directamente antes que utilizar
nuez moscada molida. Pero bueno, utilizaremos lo que tengamos a mano.
Si no queremos que se nos vean esos
puntitos negros en la bechamel cambiamos la pimienta negra por blanca.
Si viéramos que en la salsa nos salen
grumos pasaríamos la salsa por la batidora o bien pasaríamos el contenido por
un chino.
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