Para 4 personas
INGREDIENTES:
- 1 kilo de costillas de cerdo
- 6 tomates de pera
- 2 pimientos verdes
- 3 cebollas pequeñas
- 1 cabeza de ajos
- Aceite de oliva
- Aceite de girasol
- 250 gramos de tomate frito casero
- Sal
ELABORACIÓN:
En una sartén amplia vertemos dos dedos de aceite de girasol y colocamos
las costillas. Salamos ligeramente.
Ponemos a fuego fuerte y cuando el aceite empiece a hervir bajamos el
fuego, a fuego medio, tapamos la sartén y a los 5 minutos damos la vuelta a las
costillas. Al cabo de otros 5 minutos le volvemos a dar la vuelta.
Bajamos el fuego, a fuego lento, y dejamos que se hagan las costillas (con la sartén tapada) durante aproximadamente 30 minutos, durante los cuales daremos la vuelta a las
costillas de vez en cuando. Transcurrido el tiempo, hacemos un corte con un
cuchillo en la carne de la costilla para comprobar si están hechas.
Una vez cocinadas, las sacamos de la sartén, escurrimos y las colocamos
en un bol amplio. Reservamos.
Mientras se nos hacen las costillas, ponemos una olla al fuego con agua y
los tomates. A partir de que el agua entre en ebullición, dejamos que cuezan durante
3 minutos aproximadamente. Retiramos del fuego, enfriamos y pelamos.
Lavamos y quitamos las semillas a los pimientos; pelamos los dientes de
ajo y las cebollas.
Picamos todos los ingredientes.
Retiramos de la sartén, en la que hemos frito las costillas, el aceite de
girasol y añadimos como 4 cucharadas de aceite de oliva. Cuando el aceite
empiece a calentar añadimos el ajo, la cebolla y el pimiento verde. Dejamos
pochar a fuego medio durante 7 – 8 minutos.
Añadimos el tomate, mezclamos bien y salamos. Bajamos el fugo (fuego
lento) y dejamos hacer, removiendo constantemente, durante 45 minutos.
Poco
antes de terminar la cocción hemos añadido como unos 250 gramos de tomate frito
casero.
Añadimos el sofrito al bol donde están las costillas, mezclamos bien y
dejamos reposar para que las costillas se impregnen bien del sofrito. Servimos.
Este plato se puede comer tanto frío
como caliente.
Los tomates es conveniente que estén
bien maduros.
Al darle un hervor a los tomates conseguimos que se pelen bastante bien.
Hay quien para contrarrestar la
acidez del tomate le añade una cucharadita de azúcar.
Nosotros, solemos comer las costillas
acompañadas del sofrito tal cual lo hacemos, es decir, con los ingredientes
cortados en trozos o bien mezclándolo todo.
Pero como hay personas que no le
agrada encontrarse trozos de tomate, cebolla, pimiento… entonces lo que
hacemos, es pasar el sofrito por la batidora y después por el chino,
quedándonos una salsa fina sin ningún tipo de grumos. Para lo cual hemos
apartado, antes de mezclar todo, un par de costillas y un poco de sofrito (foto
de cabecera).
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