INGREDIENTES:
- Salmón noruego de unos 3 kilos
- Azúcar blanco
- Sal gorda
- Eneldo
- Pimienta negra molida
- Aceite de girasol
PREPARACIÓN:
Cortamos
los lomos en dos trozos cada uno. Metemos los lomos en el congelador y los
dejamos congelar por espacio de 24 horas como mínimo.
En
el momento en que vayamos a utilizar el salmón lo sacamos del congelador y
dejamos que se descongele dentro del frigorífico. Una vez descongelado, con unas pinzas o unos alicates pequeños, le quitamos las espinas que tiene. Para localizarlas, le pasamos el dedo por encima al pescado y las notaremos.
Mezclamos
la sal, azúcar, la pimienta negra molida y el eneldo (una parte de sal, media
de azúcar).
Cubrimos
el fondo de una fuente con la mezcla y colocamos el salmón con la piel hacia
abajo. Cubrimos con sal.
Colocamos
encima la otra pieza de salmón y volvemos a cubrirla totalmente. Aplastamos la
sal con las manos para que quede un poco compacto. Hay quien prefiere colocarle
algo de peso encima.
Metemos
en el frigorífico y dejamos macerar entre 24 y 48 horas según gusto. Una vez
pasado el tiempo quitamos la sal.
Lavamos
el salmón para quitarle la sal que le queda, secamos con papel de cocina y lo cortamos en filetes pequeños (como si de jamón se tratase).
Vamos
colocando los filetes en un bol u otro recipiente, espolvoreamos un poco de
eneldo sobre este (opcional) y lo cubrimos con aceite de girasol. Lo metemos de
nuevo en el frigorífico.
Decimos al
pescadero que nos prepare el salmón para marinarlo; de esta forma nos sacará
los dos lomos del salmón enteros.
Lo de congelar el pescado es para matar
el parásito (Anisakis), en el caso de que lo tuviera.
Para marinar estas dos piezas, un lomo,
hemos utilizado un kilo de sal y medio kilo de azúcar.
El tiempo de maceración del salmón, en
la mezcla de sal y azúcar, dependerá de si lo queremos más o menos curado. En
nuestro caso solemos tenerlo solo 24 horas, pero en esta ocasión, como lo va a
degustar la familia, lo hemos dejado 36 horas.
Una vez cubierto con el aceite, y antes
de consumirlo, lo dejamos reposar en el frigorífico durante 24 horas.
Al estar cubierto totalmente de aceite
nos durará muchos días en el frigorífico.
La mayoría de la gente utiliza aceite de
oliva para cubrir el salmón; nosotros utilizamos aceite de girasol, que al ser
de sabor neutro, no enmascara el sabor del pescado. Lo comemos mayoritariamente
sin mezclar con otros ingredientes, solamente sobre pan tostado; pero en
ocasiones, cuando tenemos invitados, solemos presentarlo acompañado con otros
ingredientes.
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