INGREDIENTES:
ü 1 cebolla
ü 2 ramitas de perejil
ü 3 dientes de ajo
ü 1 hueso añejo de canilla
ü Del pollo (Caparazón, pescuezo, muslitos, etc.)
ü 3 litros de agua
ü Pimienta negra molida
ü Sal
ELABORACIÓN:
1. En una olla amplia ponemos la cebolla entera, el perejil, los dientes de ajo sin pelar y el hueso añejo.
2. También añadimos el caparazón, pescuezo, muslitos y demás restos del pollo que tengan un poco de carne, con su piel incluida, y un poco de pimienta negra molida.
3. Cubrimos con el agua y ponemos a fuego fuerte hasta que el caldo empiece a hervir; cuando esto ocurra bajamos el fuego – fuego medio – y desengrasamos.
4. Dejamos hervir el caldo hasta que reduzca aproximadamente a la mitad (sobre 1 hora y media). Un poco antes, probamos de sal y si es necesario rectificamos.
5. Apartamos y pasamos por un colador.
6. A los restos de pollo le quitamos la piel, deshuesamos y la carne la cortamos en trocitos.
7. Añadimos de nuevo los trocitos de pollo al caldo. Reservamos.
Este caldo ya se podría tomar así, solo añadiéndole un chorrito de zumo de limón.
El hueso añejo ya de por si es salado por eso es probar de sal, casi al final de la cocción, por si fuese necesario añadirle un poco más.
Este caldo lo solemos hacer cuando freímos pollo, ya que utilizamos los trozos más hermosos, y el resto lo utilizamos para el caldo.
El caldo habitualmente lo congelamos para después hacer sopas, añadiéndole fideos finos, arroz, patatas, etc.
También se puede utilizar, este caldo, para hacer croquetas de pollo. En este caso, sustituiremos la leche por el caldo para hacer la bechamel; aprovechando también la carne de pollo.
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