INGREDIENTES:
ü 1 ½ kilos de tomates maduros
ü 4 cebollas
ü ½ kilo de pimientos verdes
ü 10 – 12 dientes de ajo
ü 3 – 4 ramas de perejil
ü Pimienta negra molida
ü Aceite de oliva virgen extra
ü Sal
ELABORACIÓN:
1. Ponemos, al fuego, una cacerola con abundante agua; incorporamos los tomates, y cuando el agua empiece a hervir, dejamos cocer 1 minuto, vaciamos el contenido en un escurridor y cuando se templen un poco los tomates, les quitamos la piel y picamos.
2. Mientras tanto habremos picado las cebollas, los pimientos, los dientes de ajo y el perejil.
3. Ponemos, a fuego medio – alto, una olla grande y cubrimos con aceite todo el fondo. Cuando el aceite empiece a calentar incorporamos la cebolla, el ajo y el pimiento verde. Rehogamos.
4. Una vez que la cebolla tome un tono transparente, agregamos el perejil picadito – damos unas vueltas – para seguidamente añadir el tomate. Rehogamos durante 5 minutos, bajamos el fuego, salpimentamos y dejamos cocer, a fuego lento, durante 30 minutos.
La cantidad de cada ingrediente es orientativa pues dependerá de la cantidad que queramos hacer.
También el tiempo de cocción es orientativo, ya que irá en función de lo concentrado que queramos el sofrito.
Si los tomates están bien maduros no será necesario escaldarlos en agua hirviendo, ya que la piel se les quitará fácilmente.
Si los escaldamos, y para que la piel salga mejor, tendremos que hacerle una incisión, en forma de cruz, en la cabeza del tomate (teniendo como pie donde, el tomate, se sostiene con el tallo).
Hay quien le agrega un poquito de azúcar para contrarrestar la acidez del tomate ¡no es nuestro caso!
Este guiso se puede comer, tal cual, con unos costrones de pan frito o unos mini biscotes integrales, entre otros.
También puede acompañar o integrarse con carnes, pescados, huevos, etc.
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